Muchos padres y profesores se quejan de que los niños y adolescentes no saben pensar, que saltan de un tema a otro, sin profundizar en ninguno y sin realizar un análisis crítico de la información que reciben.
Augusto Cury, describe en su libro “Padres brillantes, maestros fascinantes”, el síndrome del pensamiento acelerado, que consiste en un aumento de la velocidad de los pensamientos que tiene como efecto, una disminución de la capacidad de concentración y un aumento de la ansiedad. Este síndrome sería generado por la enorme cantidad de estímulos los que están expuestos los niños y los jóvenes.
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